viernes, 30 de marzo de 2012

REVOLUCIONES AGRÍCOLAS


Se entiende por revolución agrícola una serie de importantes cambios sucedidos durante el siglo XVIII en los campos de Gran Bretaña. A comienzos de este siglo la agricultura británica seguía siendo en lo esencial muy tradicional: el utillaje (arados de madera, hoces, azadas), el escaso uso de fertilizantes o la práctica del formaban parte de las prácticas agrarias desde hacía siglos.
Sin embargo, a lo largo del siglo XVIII se generalizarán importantes innovaciones:

Aparición de nueva maquinaria




































La maquina sembradora del inglés Jethro Tull, auténtico pionero de la agricultura científica y que diseñó esta sembradora en los primeros años del siglo XVIII. Esta nueva sembradora posibilita sembrar rápidamente y colocando la simiente fácilmente en filas que hacen más simples otras tareas agrícolas. Además la semilla se ubicaba a una cierta profundidad que la alejaba del peligro que suponían los pájaros y el viento para la siembra.
El arado de hierro 
que posibilita un laboreo más profundo y efectivo. El nacimiento de una potente industria siderúrgica que proporcione hierro barato y abundante será básico para la mejora del utillaje agrario, que apenas había conocido cambios desde tiempos de los romanos.  La utilización de caballos en lugar de bueyes acelerará los trabajos agrarios.
Las primeras segadoras y trilladoras, que permiten mejorar la productividad de los trabajadores agrícolas. Las importantes mejoras en la producción de hierro y acero los irán convirtiendo en materiales asequibles para la fabricación de maquinaria agrícola cada vez más compleja. Al principio utilizarán tracción animal (como puede apreciarse en estas segadoras tiradas por ) pero luego surgirán trilladores movidas con la maquina a vapor e incluso a finales del siglo XlX se fabricaran tractores que movidos por vapor pueden ser considerados los antecedentes de los tractores.



Surgimiento de una agricultura científica
Ensayos exitosos con nuevas rotaciones de cultivos que permitirán eliminar el barbecho y disponer de importantes cantidades de materia vegetal para el engorde del ganado. Pioneros como Lord Townshend introdujeron la rotación cuatrienal: trigo, nabos, cebada, trébol.
La selección de nuevas especies de plantas que harán crecer enormemente los rendimientos agrarios.
Aumenta el uso de fertilizantes. En primer lugar porque aumentó la disposición de abono orgánico (estiércol), que venía utilizándose tradicionalmente, a causa del incremento de la ganadería. En segundo lugar porque se inicia la utilización de fertilizantes artificiales.
El cerramiento de las propiedades
En Gran Bretaña hasta el siglo XVIII dominaba el sistema agrario llamado de campos abiertos: recogida la cosecha se hacía un aprovechamiento comunal de los pastos. Desde mediados del siglo XVII se advierte un movimiento por el que muchos propietarios cercan sus tierras y con ello adquieren un mayor control sobre los cultivos. Los cercamientos harán posible las inversiones y las innovaciones: hasta ese momento el sistema de campos abiertos obligaba a todos los cultivadores a seguir los ritmos de la tradición (sembrar y recolectar los mismos cultivos en las mismas fechas). Los cerramientos tenderán también a concentrar las propiedades (que generarán importantes tensiones sociales) en pocas manos: surgen grandes explotaciones agrarias trabajadas por campesinos asalariados. Hacia 1870 cerca de la mitad de las tierras británicas estaban en manos de unas 2.500 personas.

Los pequeños granjeros sin capital para cercar sus tierras en muchos casos vendieron y hubieron de transformarse en arrendatarios, jornaleros o emigrar a las ciudades. La mano de obra rural comienza con ello su declive mientras crece la mano de obra industrial. Con los cercamientos terminan también algunos rasgos medievales del campesinado y así desaparece una estructura socioeconómica basada en las obligaciones mutuas para ser sustituida por otra, capitalista, con el dinero y el pago en metálico como base. En resumen puede decirse que los cerramientos contribuyeron a hacer posibles y más sencillas las mejoras agrarias y que con ello la agricultura se hizo más eficiente y productiva para alimentar a una creciente población urbana.









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